Un intercambio publicitario funciona como una casa de subastas digital, conectando a compradores (agencias de publicidad, anunciantes y plataformas del lado de la demanda) con vendedores (redes publicitarias, editores y plataformas del lado de la oferta) de inventario publicitario para facilitar las pujas. Permite la compra y venta en tiempo real de espacios publicitarios en diversas plataformas, incluyendo móviles y de escritorio.